Fernando & Vicente Roscubas
De lo perceptual a lo absoluto
Los gemelos Fernando y Vicente Roscubas son una singularidad, una feliz anomalía en nuestro arte. Libres y sin complejos creativos, han cultivado a lo largo de su larga trayectoria, un proceso artístico conjunto en el que, con casi toda seguridad, intervienen la comunicación no verbal, la combinación de habilidades e intereses contextuales particulares que han determinado el universo de su obra. Por ello, es inevitable preguntarse cómo gestionan las decisiones o las dudas a la vista de su recorrido artístico y vital.
No es muy habitual encontrar gemelos idénticos en el arte, por ello permitidme apuntar que antes de Jake y Dinos Chapman, de Gert y Uwe Tobias, de Doug y Mike Starn e incluso, previos a los Hermanos Quay, estos en el ámbito audiovisual, antes digo, ya se encontraban los hermanos Fernando y Vicente Roscubas dando una vuelta de tuerca al arte contemporáneo vasco, de su entorno vital, en los primeros años setenta. Los Roscubas surgieron como artistas en un momento presentido de una profunda transformación social, política y cultural que exigía un trasvase colectivo, de acumulación de fuerzas, para diseñar un futuro apenas esbozado. Mientras se articulaban las posiciones de gran parte de la clase artística vasca en torno a la figura colosal de Jorge Oteiza, muy escoradas hacia posiciones metafísicas, de construcción identitaria o, literalmente, de resistencia política, aunque muy debilitadas en su naturaleza poética, se terminó de levantar el rotundo edificio hegemónico del arte vasco que aún persiste a día de hoy apuntalado por una evidente institucionalización.
Cuando esto ocurría, comenzaron a surgir las primeras disidencias en el panorama de las vanguardias vascas y españolas. Simultáneamente aparecieron otras voces que raspando el rigor del discurso que por momentos se hacía cada vez más denso, sintieron el embate del movimiento del Pop, las nuevas tendencias de descontextualización de las obras de arte y de dar rienda suelta a los impulsos expresivos, empezaron a abrirse paso dando pie a nuevas visiones objetuales, cromáticas, materiales y con cierto regusto sarcástico sobre la atmósfera que envolvía todo. Para entonces, los Hermanos Roscubas, como he apuntado en el inicio, ya estaban en ello.
Durante todo este tiempo transcurrido, según seguían trabajando, se ha ido desplegando un velo que apenas ha dejado entrever la intensidad del rescoldo que sigue vivo, esperando un fuelle que les sitúe legítimamente en la historiografía de la amplitud del arte vasco. Que rompa la unívoca y estrecha mirada que ha ido erigiendo como un “Síndrome del Cíclope” a la hora de identificar esta época de creación en Euskadi, definida por su gran estatura y presencia pero con un solo ojo.
Los Roscubas, como otros “odiseos”, siguen hoy “dale que te pego” contra el ciclópeo acantilado de Sicilia donde habita Polifemo.
De ahí la pertinencia de esta exposición en la Galería Lumbreras de Bilbao.
Daniel Castillejo. Abril, 2023.
Fecha: 20 Abr - 2 Jun 2023
