Pedro Muiño
Del diccionario de las obsesiones
[…] Hay un poema, dedicado por Pedro Muiño a Eugenio F. Granell, en el que habla de la «esencia de una conversación». Quizás esa es en buena parte la naturaleza de esta pintura: el arte como un juego trascendente, como una lírica y compleja conversación entre la psique del individuo y la materialidad de los pigmentos y del cuadro, que pone en práctica los resortes estéticos y expresivos que rescatan vivencias , momentos, sensaciones, impulsos, imágenes inquietudes, deseos… dentro del reino de lo intangible, lo no evidente ni preconcebido. Una autobiografía espiritual que recrea, según Enmanuel Guigon, y a la manera de proyecciones espirituales, «los ritmos de la vida psíquica y orgánica». Sin narratividad. Porque el hecho de que en ocasiones puedan surgir elementos que semejan formas antropomórficas o biomórficas, o posibles universos simbólicos, o hipotéticos alfabetos de un grafismo azaroso y sugerente, o estructuras lineales o geométricas, es evidente que el diálogo acontece en otro nivel de discurso. En la apertura polivalente de una empatía libre y una expresividad abierta que abarca la esfera de lo microscópico como el universo de un macrocosmos primordial.
[…] A Pedro Muiño le atrae la obra bien hecha, de cuidadosa elaboración, derivada de los sucesivos empastes de materia, el esmerado dibujo, la sensualidad y el mimo cromático, la riqueza de matices, dentro de una búsqueda de estructuras adecuadas a la fenomenología del espíritu y al libre albedrío de su creatividad, aunque abunden los repertorios constructivos que, para acotar la realidad, tienen como referente el círculo, la centrada ventana o el binario horizonte.
Xabier Seoane. «Alfabetos del espíritu». (Fragmento. Texto del catálogo).
Fecha: 20 May - 20 Jun 2003