Mikel Erkiaga
Tarde roja, hoja azul
Mikel Erkiaga (Bilbao, 1994) es el tercero de los cuatro artistas emergentes que expondrán individualmente en la galería durante esta temporada, dentro de la tercera edición del programa “Joven llama a Joven”.
Una sensación difícil de verbalizar y definir, identificada en el universo de lo emocional frente a lo racional. Transparencias y capas que hablan de avance y retroceso, de una necesaria imprecisión que probablemente conecte esta muestra. Manías por sensaciones u objetos; como una flor quieta, que -sin embargo- gruñe avisando de que se resistirá a la observación de algún aspecto íntimo de sí misma.
He encontrado algo. Algo que tiene que ver con el estado de suspensión al que llegan las obras a medida que avanzan. A veces pongo contra la pared mis pinturas, no para castigarlas, sino para dejarlas descansar y que me digan algo nuevo. Es después de ese momento cuando su recogimiento parece estirarse como invitando a seguir, pero tendiendo la trampa a una pincelada de distancia. En esta suspensión -que no deja de ser un juego con la incertidumbre- he podido entender que hay algo que enriquece el lenguaje plástico. Algo en un azul ártico sobre un rosa y un rojo. Algo que puede llegar a salvar un cuadro pegando dos papeles rotos sobre una madera.
En la desacostumbrada atención puesta en detalles pequeños, dos personajes han llegado a salvarse por un naranja extrañamente esparcido en un brazo. Las imágenes vistosas han perdido peso y me he refugiado en algo tan aparentemente caduco como las naturalezas muertas y los bodegones.
El trabajo sobre papel me hace tener menos apego por la vitalidad y el acabado de lo que aparece, sin miedo al goteo o a la carrerilla. En cambio, sobre tela y madera mi dinámica es distinta, la armonía parece más frágil y me enfrento al motivo con una calma mayor. Puede que esta diferencia alimente la ya mencionada necesaria imprecisión que a veces logro configurar para hablar de lo mismo de manera distinta. Una imprecisión donde no importa el retrato, el florero o que la mesa sea plana, sino que intenta apelar -de manera torpe- a un tiempo vital que esta ahí, presente pero escondido.
Comprender lo necesario que es sintetizar estas pequeñeces me resulta difícil, pero -poco a poco las pinturas se vuelven un ejercicio feliz… La planta puede ser más.
Mikel Erkiaga Herran.
Fecha: 16 May - 21 Jun 2019
