Jorge Gay
La niebla de los siglos
La exposición consta de 18 pinturas y 17 dibujos al carbón y técnica mixta, con medidas que oscilan entre 255 x 300 cm y 33 x 41cm.
Estas obras son continuación de la exposición realizada en Madrid titulada Los ojos del corazón y dedicada a todos cuantos a lo largo de la historia, emprendieron un largo viaje para ir al encuentro de algo. Una metáfora que expresa la búsqueda que a lo largo del tiempo hicieron los músicos, los pintores o los poetas… Un recuerdo a todos los que llevaban su interior cargado de pasado y soñaban con hacerlo futuro. A cuantos pensaron que la belleza reside en los ojos que la contemplan y se sentían capaces de encontrarla y definirla de nuevo. El fruto recogido en ese viaje eran los peces: si en esa travesía nuestros ojos quedaron agotados, cansados o ciegos, hagamos como Tobías, frotémoslos con la hiel de esos peces para poder volver a ver, recuperar la ilusión y seguir la búsqueda.
La niebla de los siglos, exposición que se inaugura en Bilbao, muestra la continuación de ese camino, con el deseo de afirmar que más allá del cansancio, más allá de los ojos agotados del corazón, la pintura sigue viva y sirve todavía como gesto expresivo; una actitud con la que siempre podremos explicarnos el mundo.
El pintor se acerca a la realidad entresacando los hilos que la tejen. Con ellos levanta el andamio donde sujetar el anhelo que sueñan sus ojos. La pintura no es una manera de mirar, la pintura construye. Igual que el músico detiene el tiempo, lo ordena y da forma al sonido, el pintor con esa trama de hilos elegidos, armoniza la nueva mirada y vuelve a construir el mundo.
Pintar es andar hacia la luz. La luz que me envolvía y me cegaba el verano de 1959 cuando por primera vez se me descubría la pintura.
Jorge Gay
1959. Texto para el catálogo de la exposición:
Nada hay más deslumbrante que el verano ni más fascinante que sus horas y sus días largos. Nada que embelese más que la caída lenta de sus soles.
De entre las brasas de ese incendio salisteis. Veníais de tiempos remotos, con el balanceo musical del pasado, cruzando la niebla de los siglos. Erais cuerpos ganados a la nada y usurpados al caos.
Os construyó Angélico, Cimabué o el Giotto. Crecisteis en Venecia, en París, en la Sevilla ambigua o en el Berlín helado. Sois la pasión, la impávida belleza turbadora, el fruto del origen que vive en la inocencia, la verdad innombrable de la emoción.
Sois seres cincelados en oro. No vivís el momento: os hicieron para la eternidad.
Llegasteis a mí el verano de 1959, cuando se achicharraban los campos y las cigarras cantaban al fuego.
Como fuego de verano invade la pintura.
Notas de prensa:
«Las obras de Jorge Gay que pueden contemplarse estos días en la galería Juan Manuel Lumbreras suscitan la sensación de lo necesario. Son obras que parecen ocupar con toda naturalidad un lugar propio en la historia de la pintura, como si no pudieran no haberse pintado.
Jorge Gay aprovecha las lecciones mejores, y menos superficiales, del cubismo. En vez de imitar de modo naif esos fracturados planos que son su mera apariencia, pone en práctica el potencial sintético y monumental que el cubismo aporta, desde dentro, a la figuración.
Muestra una voluntad simbólica atemporal que sabe desplegar los medios técnicos más eficaces, a partir de las lecciones de la vanguardia. Un equilibrio calmo y si estridencias, muy difícil de ver, entre la excelencia formal y el contenido poético».
Periódico Bilbao, marzo de 2012, Jaime Cuenca.
Fecha: 22 Feb - 30 Mar 2012