Teresa Peña
Serie Deportes
La pintora singular y olvidada sale a la luz.
La galería Juan Manuel Lumbreras recupera el legado de Teresa peña, fallecida en 2002 tras una carrera de altibajos.
Muy pocos recuerdan a Teresa Peña (Madrid, 1935 – Entrambasaguas de Mena, 2002), a pesar de que en su juventud prometía una carrera brillante. Aquella pintora de raíces conquenses y donostiarras obtuvo el Premio Extraordinario de fin de carrera y fue la primera mujer que consiguió el de Roma, circunstancia que le permitió estudiar y trabajar durante cuatro años en la Academia Española de Bellas Artes de la capital italiana. Sus primeros pasos exitosos la condujeron a la prestigiosa galería Juan Kreisler y mantuvo un estudio en Madrid y otro en Bilbao, donde expuso varias veces. “Resulta inexplicable que Teresa Peña haya pasado desapercibida en el País Vasco, pese que hay obra suya en los museos de las capitales”, asegura Juan Manuel Lumbreras.
El galerista de Bilbao quiere reivindicar su memoria y su legado con la exposición “Serie Deportes”, inaugurada hoy y que podrá contemplarse hasta el 26 de octubre. “Era una mujer tan moderna en los años setenta como hoy mismo”.
El dominio del dibujo y la composición dramática, el empleo del color y la potencia de las figuras, caracterizan una serie inédita y que proviene de un museo privado del Valle de Mena donde se guarda buena parte de su producción. La existencia de Peña está marcada por su pasión por el arte y una vocación religiosa que la condujo a profesar, sin culminar el proceso, en la orden de las Carmelitas Descalzas, convivir con las cartujas o dedicarse a los colectivos desfavorecidos. La Catedral de Burgos guarda un vía crucis de 14 piezas que revela su técnica muralística.
Las depresiones mentales, a juicio de Lumbreras, condicionan su progresivo aislamiento y, tal vez, el injusto olvido. “No se la ha prestado la atención debida. Era una mujer retirada y su producción se movió mal”, lamenta el marchante, que la conoció en persona cuando, en la última etapa de su vida, residía en el norte de Burgos. “Estaba medicada y trabajaba como terapia, pero yo le hablaba del amor por la pintura y de la importancia de sus lienzos, y entonces, su rostro se iluminaba”.
Los lienzos de Teresa Peña también han sido incluidos dentro de “ArtMedina”, la exposición colectiva organizada por Javier González de Durana. El comisario destaca la capacidad del propio trabajo, influido por Antonio Saura, para hablar por sí mismo: “Era una persona muy influida por lo religioso, pero su aportación se ensancha sin apoyaturas textuales y connotaciones bíblicas”.
El antiguo director del Artium desconoce las razones de su pérdida, pero apunta a la marginación de la mujer dentro de la plástica. ”Siempre se ha pensado que los hombres hacen arte y las mujeres, pasatiempos”, admite. “Ese planteamiento ha dado lugar a que no sean valoradas como debían y todos hemos participado de tal mirada prejuiciosa”. El historiador aboga por una revisión crítica de la obra de mujeres como Peña. “También pudo perjudicarla su carácter fuerte e individualista, ajena a grupos, pero también hubo hombres así y están en los libros”.
Gerardo Elorriaga. (Artículo publicado en EL CORREO, edición Bizkaia, el jueves 20 de septiembre de 2018.)
Fecha: 20 Sept - 26 Oct 2018