Galería de Arte Juan Manuel Lumbreras

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Menchu Fernández (Espacio 3)

El ombligo del mundo

Notas de prensa:

«Todo en esta instalación está relacionado con el mundo de la confección, del diseño de moda femenina, y con la decoración interior a base de objetos rescatados del abandono. 

Menchu usa la fotografía no como documento, sino como cobertura estética e irónica de la vida. Todo lo imaginable tapizado de fotografías enlazadas entre sí por medio de los cosidos como una obsesión permanente. 

La foto es su medio intelectual, y su sistema de acción/construcción con sabor a objet trouvé, donde el aprovechamiento o rescate de objetos de desecho para fines artísticos, les confiere una nueva función estética aparte de la utilitaria». 

El Mundo, 17 de febrero de 2001, Javier Urquijo.

La Vanidad

«Fue uniendo cada foto plastificada con puntadas más o menos estereotipadas, como si se tratara de un trabajo artesanal y las bolsas quedaron forradas de signos metafóricos y también, en una de las bolsas identificó cada ombligo con el nombre escrito. Un maniquí luce una camiseta o corpiño realizado con fotografías de ombligos recortadas en formas circulares, las cuales acentúan más la vanidad del ego. La idea del círculo, simulando un ombligo, protagoniza la obra El enseñador; en forma de salvavidas forrado de tela que cuelga de una percha y tres pequeños flotadores colgados a su lado se prologan en vertical como un escapulario.

Cada una de estas muestras tiene una explicación conceptual, una vivencia, un análisis didáctico, y de ésta en concreto comenta: “Surge de una vivencia personal y viene a representar la vanidad que provoca el deseo entre dos personas; los pequeños flotadores colgados son las desuniones que se van creando hasta que el mismo deseo desaparece”. Otra serie de trabajos recogen la implicación de las fotografías en temas relacionados con su propia existencia. Fotos de pequeño formato, que ha ido guardando desde la infancia, aparecen forrando o tapizando un reclinatorio, un sillón de peluquería o un vestido al que titula Abrigo de la memoria. Organiza las fotografías indistintamente, en una especie de intervalos iguales, como un sistema de referencia del sentido interior, del mundo mítico en el que las obras enfocan la antología de la existencia humana a través de la vivencia y de su experiencia individual.

Acentúa el uso de los objetos guardados en lugares recónditos, contra el mercantilismo de la sociedad de consumo que tiende a eliminarlos. Es como una búsqueda de recogimiento y concentración; un yo contra el mundo exterior amenazante. Crea un lugar simbólico de una realidad pasada mediante las fotografías que va uniendo con puntadas hasta crear la forma deseada. Repasando una a una sus fotografías se llega a una reconstrucción de su biografía.

Tono Poético

La necesidad de crear un entorno propio, de ese arte que entra por los ojos de la vida diaria, como ella dice, le lleva a mantener presente su infancia y su vida familiar. Una especie de mitología individual en renovación y experimentación dentro de la sociedad, que a través de imágenes y símbolos, manifiesta la necesidad de crear el entorno propio; es como la búsqueda de una época perdida, introduciéndose en el inconsciente para de ahí volver a la vida.

El tono poético, pero con visión crítica y conceptual, descubre una relación entre el proceso de reflexión personal y la utilización de fragmentos de la realidad, del recuerdo, de lo que vive; una experiencia que determina los objetos elegidos en una existencia compleja. Es una práctica estática que se hace también práctica social y mera relación entre cuerpo, espacio y tiempo. La obra de Mentxu nos lleva a la plástica de los años setenta. Una observación de vestigios pasados, implicados en la creación de una especie de trauma social, que quien los mira puede aprovechar a su manera».

Periódico Andra, abril de 2001, Satur Abón.

Fecha: 13 Feb - 03 Mar 200

Vistas exposición