Jorge Cardarelli (Espacio 1)
El gigante egoísta
Inicia Jorge Cardarelli el año 2000 con El gigante egoísta, recreación personal de una pieza literaria del siglo XIX que él adapta con singular destreza a claves estéticas del nuevo milenio. Bajo esta expresión de moderna melancolía se vislumbra el testimonio de una promesa cumplida: el decidido deseo de dotar a su trabajo de contenido es, desde luego, más preciso, más eficaz e intenso. No sin cierta ironía resulta sorprendente que Cardarelli haya emprendido este camino hacia la modernidad precisamente de la mano de Oscar Wilde, un autor tan propicio como propenso al ornamento, la decadencia y la fastuosidad. Admiro el estilo de Wilde y el modo en el que describe las cosas que ama. Conozco bien todas sus obras, he disfrutado mucho con su literatura y con las múltiples lecturas que hay de ella. Personalmente me ha resultado muy placentero y enriquecedor asociar mis actuales inquietudes artísticas con su trabajo.
Avanzando más allá de presupuestos estéticos anteriores pero manteniendo aún algún vestigio de romanticismo, Cardarelli aplica al conocido cuento de Oscar Wilde su propia sintaxis de artista contemporáneo aportándole sencillamente rasgos del nuevo siglo. El resultado es en verdad novedoso, en absoluto previsible. Emerge como punto central de la exposición la figura articulada del gigante, fantasía mecánica que ejerce en el resto de la obra la autoridad suprema de un soberano. El gigante eres tú, soy yo, somos cada uno de nosotros. Es toda la sociedad. El egoísmo, entendido genéricamente como impulso vital, es el motor que nos mueve y lo hace con la misma eficacia con la que este sistema electrónico mueve el cuerpo de mi autómata.
Siguiendo los cánones de la modernidad, Cardarelli desdibuja en su obra las fronteras entre técnicas y medios. Sus figuras, que no pertenecen propiamente ni a la escultura ni a la pintura y se nutren sin embargo de ambas, son reproducidas desde una escala humana en soporte fotográfico, dando lugar a heterodoxas fotografías que bien podrían calificarse de fotoesculturas.
[…] En esta exposición de Jorge Cardarelli se percibe en todo momento un trabajo disciplinado y sugerente que no debe ser observado con trivialidad. Sería malgastar la ocasión quedarse sólo en la superficie de lo inmediatamente visible (las formas, los colores, los acabados), sin adentrarse en el recogimiento y la reflexión que el autor propone.
El gigante egoísta. Extracto del texto para el catálogo de la exposición, una conversación mantenida entre Norman Pettibon y Jorge Cardarelli.
Notas de prensa:
«Tomando como referencia un relato de Oscar Wilde, autor literario porque el que siente especial predilección, Cardarelli ha materializado esta metáfora que toma cuerpo en el gigante y los dos personajes que le acompañan, a los que ataviado al estilo francés de mediados del XVIII, como un signo para enfrentarse a sus propias emociones…
Jorge Cardarelli, en esta ocasión, aborda una vía expresiva que tiene como soporte un conjunto escultórico compuesto por tres maniquíes de tamaño humano…el artista reflexiona sobre «el egoísmo personal y social y las consecuencias que este tiene a la hora de impulsar determinadas actitudes vitales ».
La idea de que la figura principal sea una autómata dotado de mecanismos electrónicos que le otorgan movilidad, abunda en el concepto de que la preponderancia del ego y la autosatisfacción actúan como motores de la acción humana».
El Diario Vasco, 27 de octubre de 1999, Ana Urroz
«La puesta en escena de Cardarelli está configurada por un estudiado repertorio de imágenes recreadas —tomadas de universos dispares—, fundidas mediante la acción argumental propia del arte escénico, Cardarelli no instala sino escenifica, que conceptualmente es diferente.
Cardarelli mezcla escenas literarias/líricas con propuestas plásticas. Usa el espacio para expresar intenciones ritualistas, filosóficas… Pero es al final la teatralidad la que manda en el discurso, siendo los elementos escultóricos actores y los pictóricos decorados, cómplices en la representación».
El Mundo, 31 de octubre de 1999, P. Urquijo
«Con esta instalación, el joven artista dice adiós a cinco años de creación plástica y da un giro radical creando nuevas realidades para transmitir nuevas emociones al espectador. Esta exposición merece sin duda el adjetivo de moderna. Sus técnicas, soportes y registros la sitúan en las corrientes de vanguardia internacional.
Se trata de una mise en scéne en la que Cardarelli, sugiere y seduce al espectador a través de tres figuras centrales de tamaño natural que evocan personajes extraídos del cuento El gigante egoísta de Wilde».
Estrategia Empresarial, 15 de noviembre de 1999, B.V
Fecha: 26 Oct - 13 Nov 1999