Espacios para el diálogo
Colectiva
Constituye la presente, la decimotercera edición de nuestras exposiciones temáticas de verano, amparadas bajo la denominación genérica de ESPACIOS PARA EL DIÁLOGO. El objeto que persiguen estas muestras quedó fijado desde el origen de las mismas: “Frente a espacios estancos, herméticos, impermeables a otros movimientos, estilos o corrientes, que casi siempre esconden oscuros intereses que poco o nada tienen que ver con los auténticos valores de la creación artística, debemos imaginar espacios abiertos, en los que los artistas puedan dialogar sin barreras, comunicarse a través de sus obras, intercambiarse experiencias y, en definitiva, enriquecerse mutuamente con las aportaciones comunes”.
Animados por este propósito de apertura artística sin exclusiones, nuestra galería ha venido programando estas exposiciones temáticas anuales, que han sido satisfactoriamente celebradas por todos los aficionados a las artes plásticas. Recordamos, por su especial acogida, las tituladas “Vascos sobre papel”, de la que proyectamos dos muestras, “Malpaís”, “Arte y Naturaleza”, “Por amor al arte” o “Siete veces Siete”, entre otras.
Particular interés despertaron aquellas que trataron de investigar la influencia del clima, el mar, la tierra y la convivencia entre artistas que trabajan en lugares geográficamente comunes a los factores descritos, como las tituladas “Norte y Cantábrico”, con participación de artistas de las cinco provincias cantábricas, y “Mediterráneo y Balear”, con autores de la isla de Mallorca. El resultado de estas dos experiencias fue la constatación de que, ni el mar Cantábrico en la primera de ellas, ni la isla de Mallorca en la segunda, han influido en modo alguno en la forma de expresión de los numerosos artistas seleccionados.
La presente exposición profundiza en la investigación enunciada, proponiendo una vuelta más de tuerca, al reducir el espacio de los artistas seleccionados a una ciudad española pequeña como Segovia, para concluir si la comunicación diaria entre ellos se traduce en influencias mutuas. Los siete artistas seleccionados, todos ellos de reconocido prestigio y firme trayectoria, son: Patricia Azcárate, Antonio Madrigal, Sofía Madrigal, Mon Montoya, Carlos de Paz, Isabel Rubio y Eloísa Sanz. Para que el experimento resulte más evidente, si cabe, hemos de advertir que dos de estos creadores son hermanos, y otros cuatro, forman actualmente o lo hicieron en el pasado, parejas matrimoniales, de manera que el contacto en todos los aspectos no pudiera ser mayor que el ejercido por estos artistas en su “confinamiento” en la austera capital castellana.
A pesar de lo que pudiera pensarse, la muestra probará que los siete artistas propuestos siguen caminos divergentes, poniendo en evidencia que en el arte contemporáneo, gracias al caudal inagotable de información online de que disponemos, las paternidades y filiaciones artísticas no vienen del próximo, sino de los inputs que nos llegan desde cualquier rincón del planeta, por alejado que nos parezca.
Si algún rasgo tienen en común estos siete artistas es la diversidad de sus planteamientos estéticos, desde la forma de expresarse, hasta los soportes y técnicas utilizadas. Si bien es cierto que todos ellos, a excepción de Antonio Madrigal, son licenciados en Bellas Artes en la especialidad de Pintura, y que los siete se iniciaron como pintores, en la actualidad, la constante evolución individual de estos autores les ha llevado a expresarse por medio de las instalaciones, los collages, los objetos escultóricos, los fotomontajes o las impresiones digitales, solos o en feliz mestizaje, y en cualquiera de los casos, los aspectos formales de las obras poco o nada tienen que ver con sus proyectos iniciales, que resultarían irreconocibles para quienes no han seguido la trayectoria de los siete artistas cómplices del experimento.
Resulta un tanto sorprendente comprobar que, a pesar de que Segovia sedujo hace ya muchos años a nuestros protagonistas, ninguno de ellos nació en el que parece ser, al menos por ahora, el enclave final de su destino residencial. Llegaron desde Melilla, Avila, Mérida, Salamanca, Valladolid y Madrid a esta pequeña localidad, y en ella permanecen, fascinados por su luz y el encanto de sus piedras, que crea esa atmósfera nostálgica que tanto favorece a la creación artística. Por esta curiosa coincidencia a la que les ha llevado la vida con su incontrolable cruce de caminos, los propios artistas han propuesto como título de esta exposición “Quedados”, un término abierto expuesto a un juego de interpretaciones, desde la más literal de su voluntario censo segoviano.
Cuatro mujeres y tres hombres comparten protagonismo artístico en esta nueva cita anual con nuestra refrescante exposición veraniega ESPACIOS PARA EL DIÁLOGO. Tanto Patricia Azcárate como Mon Montoya han expuesto individualmente en nuestra galería, constituyendo para los otros cinco su presentación en Bilbao. La diversidad de propuestas, reunidas en una misma exposición, funcionarán, no obstante, como una afinada orquesta que desplegará una sugerente sinfonía de texturas y colores, a la que ha puesto letra el historiador y crítico Jesús Mazariegos, que es quien mejor conoce el pasado y presente de todos y cada uno de los artistas seleccionados.
Juan Manuel Lumbreras
Fecha: 26 Jun - 30 Sep 2008