Emilio González Sainz
El gabinete
En la misma playa de Oyambre encontré en distintas ocasiones dos vértebras y una costilla de ballena. Las traje a casa. La costilla está en el portal. Siempre que viene alguien por primera vez me pregunta que qué es eso. Las vértebras están en el estudio. El estudio es una mezcla de estudio de pintor y de gabinete de cosas del mar. Por las paredes hay acuarelas de barcos y una carta marina del Estrecho de Magallanes. También hay un retrato de Stevenson con el mar de fondo. Parece un almirante o algo así. Hay estanterías con conchas, algas secas, fósiles, cantos rodados de distintos colores, plumas de pájaro, cráneos de gaviota, vértebras de delfín…
Me gusta curiosear en calar rocosas de difícil acceso. Siempre hay tablas, cuerdas, aparejos, boyas, cajas de pescado… A veces te encuentras un delfín o un calderón muerto. Otras veces, aves marinas petroleadas. Un día encontré una pardela sombría, que es un pájaro que cría en los islotes del Cabo de Hornos. Hay también tablas y palos pulidos por el mar, de una textura delicadísima. Lo malo son los plásticos. Son una mierda. Me gustaría vivir en un mundo sin plásticos y con veleros de madera. Que no hubiera ni petroleros ni coches ni autopistas. Sí. Lo digo en serio. Por eso, cuando pinto un personaje mirando al mar, me sale un caballero decimonónico. Explorador y poeta. Por eso, ir creando un gabinete es un ejercicio de melancolía.
Emilio González Sainz. «La cara oculta». Periedo. Octubre 2005.
Fecha: 15 Nov - 10 Dic 2005
