Mikel Lertxundi
De la forma a la esencia
Sí y no. No quiero que mis formas se parezcan a nada, pero si quiero que recuerden a algo, que sugieran algo. No sé si lo consigo, pero es lo que persigo.
PERSIGO la forma, la forma más simple, recorro su línea y al final de una curva o en el vértice de un ángulo intento entrar. Entrar a la materia que es donde me interesa llegar.
LLEGAR es recorrer, es palpar, es oler,… es en definitiva, sentir hasta lo inmaterial la materia.
MATERIA, a veces, aparentemente dura y compacta, de faz austera y rotundas señas de identidad; materia, otras veces, endeble y manejable, pero que no por ello deja de imponer su propia forma en su contenido, en su volumen y en su sensibilidad.
SENSIBILIDAD que respeto y venero como signo de vida que entiendo es de su ser y estar natural.
NATURAL en su medio que siento y vivo como mío, punto referencial y existencial que guía mis pasos.
PASOS que miran más allá de las formas, pasos que leen entre líneas los espacios dibujados, pasos que buscan más.
MÁS profundo y menos superficial; más concentrado y menos disperso; más íntimo y menos alborotado; más sosegado y menos alterado; más en menos hecho unidad.
UNIDAD que nos lleva del todo a la nada y viceversa, unidad donde se funden material e inmaterial, unidad que construye y crea reduciendo la forma a la máxima esencial.
ESENCIAL que descubre lo permanente e invariable de la naturaleza de las cosas en su estado más puro y expuesto a la agresión del tiempo, a la (de)(re)generación de los elementos y a la manipulación del hombre.
Sí y no. No quiero que mis formas se parezcan a nada, pero sí quiero que me faciliten entrar en la materia, en su esencia, que es donde me interesa llegar.
Mikel Lertxundi. Enero, 2007.
Notas de prensa:
«Mikel Lertxundi mantienen el desafío creativo con honrada determinación. No existe el desaliento, sino una constante mirada hacia delante. Casi desde los comienzos restringe su quehacer expresivo a una concepción plástica que ha mantenido obsesivamente.
En el trabajo escultórico de Lertxundi hay una lectura antropológica de la cultura vasca e incluso una respuesta al mundo según la filosofía presocrática de los elementos, ofreciendo la interacción de los mismos. Pero también existe un tono épico, exaltado y romántico de conexión con el entorno natural.
En los últimos tiempos ha ido introduciendo junto a la maciza rotundidad de sus maclajes geométricos una materia menos desbastada, más oblonga y orgánica. Una seducción por la materia que no le abandona y le conduce a una simplicidad despojada».
Deia, 21 de enero de 2007, Xabier Sáenz de Gorbea.
Fecha: 3 Ene - 27 Ene 2007