Mon Montoya
El vínculo de los sentidos
El vínculo de los sentidos/ Zentzunmener arteko lotura
Esta exposición reúne por vez primera la unión de dos expresiones creativas dispares en sus contenidos y conceptos.
El vínculo de esta unión temporal en la Galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbao es lo que hemos llamado “este lugar común”. Este “lugar” ha alentado, y hoy aún lo sigue haciendo, tres décadas largas de creatividad y vida en común y que definen de manera clara nuestros territorios expresivos.
Naturalmente, estas “líneas de vida” que hemos atravesado juntos han sido habitadas, disfrutadas y sufridas por ambos a lo largo de estos intensos y emocionantes años. Luego la vida, sus emociones, sus problemas más o menos acuciantes, sus enormes alegrías, sus fracasos y un largo etcétera que competen a todas las personas y seres han sido compartidas.
Asimismo, las discusiones conceptuales, los diversos puntos de vista, las resoluciones técnicas, los sueños y sus horas de desvelos y los puntuales avances en este proceso han sido marcos de formación para ambos.
En los respectivos talleres y estudios, separados por un estrecho pasillo de apenas metro y medio, están depositadas grandes partes de las bases de esta feliz coincidencia de trabajo y vida.
Reivindicamos la emoción y la esencia. La poesía. Subrayamos por ello la condición de los sentidos. Para oír los rumores y el pálpito del tiempo. Estamos al lado de los azules de las montañas donde vemos crecer las luces naranjas de los crepúsculos. Un lugar de azar como homenaje silencioso a la casualidad de la unión. Como constatación del destino. […]
Mon Montoya (Mérida, 1947)
Artista de larga y compleja trayectoria, ha señalado en diversas ocasiones que su obra es un continuo ejercicio de traducciones e incluso en algunos ámbitos ha hablado de traducir “palabras plásticas”. En la obra de este artista nos encontramos que deberían sobrevivir poemas de Antonio Gamoneda, de Rilke, de Bernardo Achaga, de Paul Celan, de Álvaro Valverde, pinturas de Miró o recuerdos de viajes o pérdidas enquistadas en la memoria…”Siempre parto de un poema, de una idea o de una situación”. Este es para el artista el proceso estructural de cualquiera de sus obras: analizar la sensación, sus componentes, sus ecos y, cuando ello está perfectamente claro, darle forma.
Pintar parece hoy un auténtico acto de resistencia, una forma pura de expresión inmediata, total.
Desde sus orígenes, la pintura de Mon Montoya ha sido un continuo proceso de investigación del hecho artístico, un intento de alcanzar una quimera: conocer lo que, en su fuero interno, sabe que es un ser vivo, un ente autónomo: La Pintrura.
Un camino de huellas, un hilo que invita a recorrer con la mirada el cuadro fluye por los lechos cenagosos de las primeras impresiones, de las intuiciones originarias, de las conmociones inconscientes y de la memoria percibida como íntimo misterio.
En su regreso a Bilbao (su primera exposición personal en la Galería Juan Manuel Lumbreras se produjo en 2006) Mon Montoya presenta su última obra (2009-2010) que supone un punto y seguido de la obra que se pudo ver en su exposición “El árbol del rescate”, presentada en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Sus trabajos más recientes, titulados genéricamente “Paraíso de cenizas”, abundan en el temático auto referencial de su obra. Son obras sobre papel y técnicas mixtas sobre tela. El árbol de los juegos de su infancia es el lugar desde donde construye un mundo imaginario en el que observa y propone un lenguaje lleno de signos y personajes enigmáticos y gráficos. Efímeros.
(Los fragmentos de los textos que han sido utilizados para la introducción de este artista se deben a: Miguel Fernández-Cid, Luis Javier Moreno, María García Yelo, Jaime González Lavagne y Ramón Mayrata.)
Fecha: 23 Mar - 24 Abr 2010