Eduardo Gruber
El devorador íntimo
«Hablamos de “El devorador íntimo”, exposición de Eduardo Gruber (Santander, 1949) en la Galería Juan Manuel Lumbreras. Ya la biografía artística de este ecléctico creador da testimonio de una búsqueda por suerte aún no del todo satisfecha, y por tanto aún en proceso. Así se entiende la naturalidad con la que pasa de la pintura a la escultura, de las obras de pared a la intervención paisajística monumental, del pincel al ordenador –es también autor de tres novelas-, del diseño de escenografías al dibujo en pequeño formato, con lápiz o bolígrafo, de su entorno familiar. Pero, dejando de lado el conjunto de su trayectoria –que trasciende los límites de este texto-, nos encontramos también en la presente muestra con dicho eclecticismo. En esta ocasión, sin embargo, la pluralidad no atiende al género, sino a los distintos modos y maneras con los que Gruber afronta un mismo reto, el del lienzo en blanco, y con una misma lanza, el pincel.
El resultado es una muestra ecléctica, sin que esto tenga ninguna connotación negativa, sino todo lo contrario. Lejos de las obras seriadas, de la exposición de tesis concisa y de fácil aprehensión, la muestra que ahora nos ocupa es el resultado de una actitud que Gruber ha querido recuperar en sus últimos trabajos: la de no violentar el proceso creativo, afrontando cada lienzo partiendo de la autonomía del mismo, o lo que es lo mismo, la soberanía de cada momento del proceso creativo, que se puede resumir en una sentencia suya, dicha en la entrevista que mantuvimos antes de la escritura de este texto: “pinto lo que me apetece en cada momento”. De esta actitud nace la pluralidad de formas a las que el espectador se enfrenta en “El devorador íntimo”, y que sin duda hará que el conjunto de la exposición deslice cierta inquietud en el espectador medio (mal)acostumbrado a muestras que se resumen en una tesis, en dos o tres líneas. Como si partiera de la intención confesada al crítico e historiador Miguel Fernández-Cid con motivo de la edición de sus dibujos en “Del dibujo como pensamiento solitario”, “aspiro a que mis dibujos no se puedan contar: o los ves o no te enteras”, Gruber somete al espectador a una visión rigurosa de cada una de las obras de la muestra. No valen sinopsis ni moralejas, no caben resúmenes: cada obra reivindica su autonomía, cada obra es por sí una exposición.»
Fragmento de: “El devorador íntimo. Sobre la narrativa fragmentaria de Eduardo Gruber», de Galder Reguera.
Notas de prensa:
«En buena medida la presencia de la obra de Eduardo Gruber en Bilbao se debe a Juan Manuel Lumbreras, lo presentó a principios de 1998 y volvió a mostrarlo en 2005. Así es cómo se ha visto la evolución de unos trabajos que en los años ochenta llamaron la atención por su gran personalidad plástica y sus búsquedas no siempre satisfechas.
Tan prolífico como inquieto la exposición actual, se manifiestan todos los Grubers existentes. No en vano el mismo confiesa: “pinto lo que me apetece en cada momento”, haciendo de ello su máxima de actuación. No faltan tampoco sus facturas habituales, generosas en gestos y plasticidad, que expresan la valentía del pintor cántabro».
Periódico Bilbao, octubre de 2009.
Fecha: 24 Sept - 30 Oct 2009