Pintura

El paisaje: un punto de inflexión en la pintura de Rosa Carabias. Texto de Juan Manuel Lumbreras

El circulo de los nabis, que tuvo como teórico a Maurice Denis y como máximos exponentes a Pierre Bonard y Edouard Vouillard, demostraron que en una obra de arte es posible realizar una armonía, es decir, una realidad fuertemente ordenada en sí misma, obtenida gracias a la sensibilidad lirica del artista que, en cuanto tal, logra fundir formas y colores en la superficie del cuadro.

Es por ello que, en los grandes artistas nabis de principio de siglo, la pintura alcanza si máximo significado, gracias al artista y no al tema. De hecho, los motivos de sus obras son insignificantes, corrientes y triviales. Es precisamente el cautivador tejido cromático y no el tema, lo que constituye la base de los íntimos interiores de Bonnard y Vouillard y lo que convierte a sus pinturas en obras maestras. Este arte lirico puso una vez más de manifiesto el acto espiritual del artista, su papel activo con relación a lo que le rodea, haciendo patentes las cualidades simbólicas del color y la línea y su potencialidad expresiva.

Rosa Carabias es una pintora intimista que a lo largo de mas de dos décadas de trayectoria artística, ha desarrollado una obra en sintonía con los postulados nabis y la filosofía condensada en la cita de Bores. “Es preciso hacer pintura para gozar de ella con la misma sensualidad de quien saborea una fruta en sazón”, Francisco Bores. Ha sentido el goce de atrapar en sus lienzos aspectos sencillos de la vida cotidiana, sublimando objetos y rincones que forman parte de nuestro entorno, combinando en sus cuadros formas y colores con exquisita sensibilidad lírica, lo que le ha reportado un justo reconocimiento artístico como pintora interiorista.

Sin embargo, en esta su primera exposición en A’G Arte Gestión, Rosa Carabias nos presenta una obra paisajística sorprendente, novedosa en si temática, sustancialmente opuesta a su recorrido de pintora intimista que le ha caracterizado. En efecto, a sus temas de corte interiorista, opone ahora paisajes áridos y solitarios, de grandes panorámicas y profundos horizontes; al disfrute de pintar, le ha sucedido el sufrimiento en cada obra; sus cuadros pequeños de colorido vibrante y de corta pincelada, han dado paso a obras de gran formato de colores quebrados, esparcidos en masas que se funden para crear formas precisas de imponentes paisajes; y aunque en los mismos quedan vestigios de su personal lirismo, su nueva obra resulta mucho más grave y sobrecogedora, con un positivo salto cualitativo respecto a su producción anterior.

Los paisajes que Rosa Carabias presenta en esta exposición –junto a algunos interiores y bodegones de su mejor creación intimista– marca un importante punto de inflexión en su pintura. Nuestra pintora ha prescindido del goce de pintar lo que domina, para sufrir interpretando lo que le es desconocido. Los resultados son tan notables, que a partir de esta nueva obra, Rosa Carabias sabe que está capacitada para enfrentarse a cuantos retos se proponga, por ambiciosos que parezcan.

Fecha: 14 Ene - 01 Feb 1997